Para tapear en Sanlúcar, nada mejor que la plaza Cabildo o Bajo de Guía, el barrio de pescadores inundado de restaurantes en los que probar los famosos langostinos, pescaítos y guisos marineros. De su pantalán sale el buque “Real Fernando”, que realiza la travesía por el río hasta su desembocadura para conocer Doñana.
Casa Balbino, Situado en el corazón de Sanlúcar de Barrameda, se ha convertido en el lugar de referencia para comer. Quienes vienen, siempre vuelven…..
Restaurante El Espejo Sanlúcar en cuanto, en la categoría de cocina moderna, lo destacan como “un soplo de aire fresco en la gastronomía de Sanlúcar”. El restaurante, ubicado dentro del hotel Posada de Palacio, pero con un acceso independiente, “combina su montaje rústico-actual con los detalles antiguos inherentes a la arquitectura del edificio; de hecho, una de sus salas ocupa las antiguas caballerizas. ¿Qué proponen? Una carta de cocina moderna que ensalza los productos del entorno. ¡Su chef cuida mucho la puesta en escena!”, recoge la página web de la Guía Michelín.
Restaurante Casa Bigote de Sanlúcar, considerado una de las referencias gastronómicas de la provincia de Cádiz, Fundamenta su carta en el marisco fresco con especial protagonismo de los langostinos de Sanlúcar, las gambas blancas, cigalas, bogavantes o almejas. Mención especial merecen algunas especialidades como el paté de mojama de atún o el paté de ortiguillas, sopa de galeras, pescado de roca cocinado a la sal…. Todo un espectáculo para el paladar
Una recomendación que no falla es este restaurante Joselito Huerta inaugurado en 1955 por una familia de Jerez de la Frontera que decide establecerse en Bajo de Guía.
Avante Claro, con su cocina tradicional con toques innovadores y especialidades como la morcilla de atún, la hamburguesa de choco, los crepes rellenos de marisco o las costillas de corvina; o el Mirador de Doñana que trabaja con productos de las costas, la Janda y la huerta gaditanas y tiene una carta llena de propuestas para tapear o comer de una manera más formal.
Restaurante La Lobera, su filosofía es ofrecer productos locales de manera distinta y sacar el mayor provecho posible a los productos de temporada, así como hacer continuos cambios en las sugerencias rompiendo así la monotonía de la carta.